Un trozo de crepúsculo doliente,
me trajo a la memoria los ocasos,
de ciertos melancólicos fracasos;
que van acordonàndose en la mente.
Será que nadie sabe lo que siente
un corazón que llora mil acasos...
Será que va arrastrando en suaves pasos
una nostalgia quieta y diferente.
Que bello fue vivir en paz un día;
sin tantas penas sordas que vertieran
toda la sal del mar al alma fría.
¡Quisiera que las tardes se murieran,
que alguna primavera fuera mía...
y todos mis pesares se perdieran!

This work is licensed under a
Creative Commons Attribution 4.0 International License.